Escrito por Gustavo Alarcón Rojas –
vocero Red IQ San Martín
Botadero de Yacucatina - foto de César Cárdenas |
Si bien es cierto el crecimiento
demográfico, producto de las migraciones, ha traído desarrollo tanto a nivel
industrial como comercial, mejorando nuestro estatus económico. El crecimiento ha
ocasionado también que San Martín sea posicionado como uno de los departamentos más deforestados a nivel nacional, con un
nivel de contaminación crítica en cuatro factores:
Agua, en la que observamos los ríos
contaminados por basura y desagües de la provincia, alterando muchos
ecosistemas presentes; el aire, afectados por los vehículos motorizados, las
empresas que no controlan sus emisiones de gases, a esto se suman la gran
cantidad de metano de la ganadería y el cultivo de arroz; la contaminación
sonora, ocasionada generalmente por el ruido que producen los vehículos.
El último y principal problema son los
residuos sólidos, que hoy en día la encontramos en las calles, en los campos, en los bosques, en los ríos, etc.
De este problema el enfoque prioritario es el botadero de Yacucatina porque
es aquí donde viene a parar toda la basura de la mayor parte de la provincia,
sin selección ni procesamiento previo.
Siempre escuchamos decir que la basura
debe ser seleccionada de manera adecuada, es decir, en orgánica e inorgánica;
sin embargo esto no tiene valor si en
los vertederos estos se vuelve a juntar. En una visita de los integrantes de la
Red Interquorum San Martín al botadero de Yacucatina (a 15 kilómetros de la
ciudad de Tarapoto), se pudo percibir un
olor nauseabundo muy desagradable, ya en el lugar el olor a materia en descomposición
era más fuerte, la basura estaba regada por todo el lugar, se encontró a personas
sin ningún tipo de protección que vivían ahí y que escarbaban en la basura para
obtener objetos de valor comercial como botellas plásticas, de vidrio, llantas.
Fue una sorpresa ver a decenas de cerdos
sucios que se alimentaban de la basura, nos enteramos también de que en las
noches este botadero es el recinto de cientos de marranos que se alimentan de los desperdicios
para luego comercializarlos previo sacrificio, y por tanto, consumidos por la
población de la ciudad pudiendo ocasionar enfermedades.
El lugar está ubicado en una pendiente
en el distrito de Cabo Alberto Leveau,
cuando llueve parte de la basura es arrastrada hacia la parte baja, afectando
directamente a las personas que viven en los alrededores, contaminando su
entorno y posiblemente el agua, ya que el río se encuentra a sólo diez minutos del lugar.
Funcionarios de la Municipalidad Provincial
de San Martín comentaron que no existen una evaluación de impacto ambiental del
botadero, que simplemente han comprado el terreno y han empezado a botar la basura; pero que se ha planificado construir el
2013 uno moderno en otro terreno; es decir aun no hay un plan elaborado
para detener la contaminación, mientras tanto seguimos en lo mismo, destruyendo
el ecosistema, contaminando el agua con bacterias, hongos, nematodos y sustancias
tóxicas; contaminando el aire ya que la basura se quema en su proceso de descomposición;
perdiendo su capacidad productiva debido a la acidez que adquiere por la
abundancia de materia orgánica.
Las alternativas de solución son muchas,
todas demandan un costo elevado, unas más altas que otras; el arrojar
simplemente la basura resulta barato a corto plazo, pero si continuamos así, en
encanto de nuestra región se irá perdiendo y con ella nuestra calidad de vida
se verá afectada; nuestro clima cambiará, como está pasando en estos momentos:
las intensas lluvias, las heladas, las sequias, la muerte masiva de algunas
especies como aves en la costa peruana, son consecuencia de nuestras acciones, el cambio si bien es difícil, no es
imposible; y para salvar nuestro planeta, el único que tenemos, debemos empezar a cambiar nuestros malos
hábitos.
¡Interquorum lo haces tú!